Tres intervenciones

No quiero hacer reforma, si acaso, los baños. Maximizar el impacto con los mínimos elementos. Ara es una vivienda unifamiliar adosada de ladrillo para una familia joven en un barrio de la periferia de Madrid. Limitados por un presupuesto ajustado para los muchos metros cuadrados de la casa, se sigue una estrategia de transformación de tres espacios puntuales que cambien radicalmente el aspecto convencional de la vivienda. Estos tres elementos son la escalera, la cocina y el baño del dormitorio principal. Por lo demás, se conservan la disposición de la casa íntegramente, así como los suelos, las instalaciones y prácticamente todas las particiones existentes. De esta forma no sólo se reduce el impacto global de la reforma, sino que se reducen residuos, se limitan los materiales de construcción y se optimiza el tiempo de obra. 

La escalera. El antiguo tramo final de madera se corta y se sustituye por un nuevo mueble que es a su vez, entrada y barandilla, pero que además incluye almacenamiento. Al prolongarse hacia la vivienda, este mueble se vuelve escalera y luego grada, de forma que se convierte orgánicamente

 en un espacio de convivencia. Gracias a esta intervención se libera la planta baja de obstáculos para conectar la entrada con el jardín posterior de la vivienda, y se renueva la impresión inmediata al entrar en la vivienda.

La cocina. Se abre al salón y se eliminan las particiones existentes, conectándose con la escalera/grada y con el jardín. Se articula con la entrada mediante un volumen de espejo que da intimidad al vestíbulo, pero además acoge un aseo y las torres de instalaciones de la cocina, con la caldera y los contadores. El aseo aparece como un cofre de resina roja, oculto mediante una gran puerta pivotante de espejo. 

El baño A diferencia de lo que podría parecer, el baño es un elemento estructurador del dormitorio principal. Con el objetivo de permitir la entrada de luz, se convierte en una estancia naturalmente iluminada y ventilada, con grandes cristaleras, y un baño integrado que moderniza la envolvente tradicional. 

La voluntad, por tanto, es cambiarlo todo cambiando lo mínimo, quizá lo imprescindible, no hacer reforma, sólo renovar los baños.